lunes, 27 de marzo de 2023

Granadilla(Cáceres) Extremadura

 Vista de Granadilla desde la muralla.

Vista de Granadilla desde la muralla

Por acuerdo del Consejo de Ministros franquista, de 24 de junio de 1955, se decretó la expropiación de la mayor parte del término municipal de Granadilla (incluyendo el casco urbano) a causa de la construcción del embalse de Gabriel y Galán. Granadilla vio muy pronto el relevo de su párroco y al que había sido su médico titular durante años, Daniel García de la Cruz y Jiménez. El 15 de junio de 1960, con motivo del pago de las indemnizaciones correspondientes, el representante del Gobierno notificó a los vecinos que, a partir de esa fecha, las fincas y el pueblo se consideraban legalmente ocupadas por la Administración del Estado y que sobre ellas no podrían reclamar derecho alguno. Así, los vecinos pasaban a ser "okupas" en sus propias casas.

Castillo de Granadilla

Casa de las Conchas

CALLES ABANDONADAS

Iglesia parroquial de la Asunción

Casa rectoral en primer plano y embalse de Gabriel y Galán al fondo

Calle de Granadilla, en dirección al castillo

Embalse de Gabriel y Galán desde la torre del castillo

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El sitio fue fundado por los musulmanes en el siglo IX como baluarte estratégico de la zona, ya que se sitúa en una colina de pizarra que domina un extenso terreno y es un paso obligado por la Vía de la Plata. En su parte más vulnerable (el noroeste), los almohades levantaron la alcazaba, que más tarde sería castillo cristiano.

En 1160 el rey Fernando II de León conquistó la aldea, que entonces se llamaba Granada y hasta ese momento había pertenecido a los árabes. La rehízo y repobló dotándola de murallas y le otorgó el título de Villa en 1170. Su intención era que sirviera de muro de contención contra posibles avances de los musulmanes que se asentaban y dominaban toda la parte meridional de las Transierras leonesa y castellana. La villa era una verdadera fortificación situada estratégicamente, al ser paso obligado entre la antigua Vía de la Plata y la comarca de las Hurdes. Estaba rodeada por las vegas del río Alagón. Su nombre original fue Granada aunque, tras la conquista de Granada en 1492 por parte de los Reyes Católicos, pasó a denominarse Granadilla para evitar confusiones, aunque el nombre de Granadilla no fue oficialmente utilizado en los documentos del Concejo hasta el siglo XIX. Y el 31 de agosto de 1191 fue cedida a la Orden de Santiago por el rey Alfonso IX de León.
Posteriormente volvió a la Corona, aunque el rey Alfonso X de Castilla la entregó en 1282, junto con otros señoríos como el de Ledesma, a su hijo, el infante Pedro de Castilla. Y este infante, además de ser señor de Granadilla y de Ledesma, poseía los señoríos de Alba de Tormes, Salvatierra, Miranda del Castañar y Galisteo, aunque también poseía toda la ribera del Río Coa y las villas de Sabugal, Alfaiates y Castelo Rodrigo, que actualmente se encuentran en territorio portugués.3​ Y a la muerte del infante Pedro, que falleció en octubre de 1283, la mayoría de sus señoríos fueron heredados por su único hijo legítimo, Sancho de Castilla el de la Paz, que falleció en 1312 sin dejar descendencia legítima, por lo que a su muerte todos ellos, incluyendo los de Granadilla y Ledesma,​ volvieron a la Corona, durante el último periodo del reinado de Fernando IV, que era primo carnal de Sancho de Castilla el de la Paz.​

Desde 1310, la villa tuvo voto en Cortes, y posteriormente pasó a manos de Sancho de Castilla, hijo ilegítimo de Alfonso XI de Castilla y esposo de la infanta Beatriz de Portugal. Su heredera fue su hija Leonor de Alburquerque, condesa  de Alburquerque,  por su matrimonio  con Fernando I. De ella, el señorío de Granada pasó a su hijo, el infante Enrique, maestre de Santiago, a quien se lo confiscó por sus rebeldías Juan II de Castilla. Por merced de este monarca, en 1446 se fijó la sucesión señorial de la villa en los Álvarez de Toledo, duques de Alba, a quienes perteneció por donación real hasta el año 1830. Durante la época señorial, los duques de Alba tuvieron múltiples Regidores del Concejo. Durante el siglo XVII y el siglo XVIII, entre los más destacados, se encontraban los pertenecientes al linaje Gil de Roda (provenientes de la Villa del Campo). La familia Giménez, jugó un rol predominante durante la Desamortización, obteniendo un elevado número de las fincas ducales y de posesiones en el concejo, por su parentesco con el ducado de Béjar y los condes de Plasencia. La protección que les acordó el bachiller Gerónimo Sánchez Zúñiga, cura rector y comisario del Santo Oficio, en 1628 en Hervás, favoreció su enriquecimiento sobre el Concejo de Granada. El duque de Alba y la duquesa de Galisteo, se deshacen de todas sus posesiones durante la desamortización, guardando en último término el castillo, que poseyeron hasta 1893. Durante el siglo XIX los herederos de los Giménez se unen a la familia García de la Cruz (linaje de origen Salmantino del que destaca el ilustre peñarandino Francisco García de la Cruz y Obregón), cuyos últimos miembros fueron los familiares del magnánimo poeta José María Gabriel y Galán: Cruz García y Gascón, juez del Partido judicial de Granadilla y Fernando García de la Cruz y Giménez, alcalde mayor e hijo predilecto de la villa en 1927; los cuales, en homenaje a su hermano político, don José-María, intercedieron para que el actual pantano de Gabriel y Galán que yacería mayoritariamente sobre las tierras que ellos habían cedido para su construcción, llevase su nombre. Hoy puede observarse la placa conmemorativa de dicho homenaje, sobre la fachada de la actual Casa de las Conchas (propiedad en último término que fue de sus hermanos políticos: Cruz García y María García de la Cruz).

La villa de Granada, actual Granadilla, era en la Edad Media el principal núcleo de población de la zona, y ejerció durante siglos la capitalidad de un señorío que comprendía diecisiete municipios.

El éxodo masivo continuó a principios de los años sesenta, según iba creciendo el nivel del pantano. Sus últimos moradores se fueron definitivamente en 1964. El embalse inundó las fértiles tierras de la Vega Baja, de modo que los medios de vida de la población desaparecieron. El pueblo no se inundó, pero se vio aislado en una península con una sola vía de difícil acceso por el norte, ya que por entonces todas las carreteras también quedaron inundadas. Parte de los vecinos se instalaron en Alagón del Río, un pueblo nuevo de colonización cercano a Plasencia, mientras otros emigraron a los nuevos núcleos industriales.
En los años siguientes, el pueblo quedó totalmente abandonado. En 1965, el gobierno de Franco disolvió formalmente el municipio, repartiéndose su territorio entre los municipios limítrofes de Mohedas y Zarza de Granadilla. La capitalidad del partido se trasladó a Hervás.




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